El auge del alquiler turístico ha deslumbrado a muchos propietarios. Y es que cada vez son más los que se deciden por dar el paso y sacarle provecho a sus inmuebles bajo esta modalidad. Esto debido a la creencia popular de que “alquilar una casa por temporadas es más rentable que hacerlo de manera tradicional”. Sin embargo, ¿es realmente más rentable alquilar una vivienda por temporadas con fines vacacionales?
Esta es una pregunta difícil de responder, ya que depende de muchos factores. De acuerdo con El País, para analizar la rentabilidad se deben tener en cuenta los ingresos que se generan, el tiempo de ocupación, la ubicación y los costes de suministros y tributaciones, pues en inmuebles turísticos esto último podría resultar más costoso debido a que el pago de servicios como luz, agua o wifi le corresponden al propietario. Además, en el caso de las viviendas destinadas a alquileres residenciales, existe 60% de desgravación con el que los alquileres vacacionales no cuentan.
Ocupación, el factor decisivo
Lo más importante a tener en cuenta es que la rentabilidad de una vivienda turística va a depender principalmente de la cantidad de tiempo que se encuentre ocupada. Según datos del informe sobre Viviendas de Uso Turístico (VUT), recogido por el Ayuntamiento de Madrid, si una propiedad turística logra alquilarse alrededor del 65% de los días del mes ―234 al año―, los ingresos serían incluso 100% superiores a los de un arrendamiento tradicional.
El mismo estudio ejemplifica que, para el 2015, las viviendas completas con una ocupación del 75% al año alcanzaron alrededor de 20.000 euros en ganancias, mientras que las que solo llegaron a una ocupación inferior al 25%, reportaron ocho veces menos: unos 2.500 euros, de ingreso al año. El informe también revela que nada más 2% de las viviendas de uso turístico sobrepasan los 20.000 euros en ingresos, mientras que 65% no llega a los 5.000 euros anuales.
Así que, como señala Antonio Carroza de Alquiler Seguros, muchos arrendadores están migrando a esta actividad tras la pista de “rentabilidades ficticias”, que a la larga pueden no ser lo esperado.