El cohousing gana adeptos entre la población senior

¿Qué viene tras la jubilación? Esta pregunta es algo que tiende a martillear la cabeza de nuestra población senior. Después de una vida dedicada a la familia y al trabajo, se abre un gran agujero oscuro donde la visión negativa de la soledad y las estancias en centro de mayores puede llegar a dictaminar los últimos años de sus vidas.

Sin embargo, nuestros mayores han cambiado mucho en los últimos tiempos y lejos queda la visión que teníamos de los abuelos sentados durante todo el día en el sillón de su casa viendo la televisión. Ahora los seniors son muy activos y dinámicos, se interesan por la realización de actividades, les gusta viajar y quieren aprovechar al máximo su tiempo.

Todo ello motiva que surjan nuevos modelos dedicados a ellos, siendo el cohousing el que más éxitos ha alcanzado hasta el momento. Consiste en una forma de vivir colaborativa. Las personas que forman parte de la comunidad, se autogestionan y se unen para compartir espacios. Y todo ello, sin perder la independencia que les da tener su propia vivienda.

Los beneficios que obtienen gracias a este nuevo estilo de vida son múltiples. Para empezar, ganan en servicios dado que, generalmente, cuentan con un comedor común, zonas para la realización de actividades de ocio (piscina, gimnasio, teatro, sala de televisión), atención médica continua, servicio de limpieza y portería. Por tanto, verán cubiertas todas sus necesidades, teniendo la posibilidad de mantener una mayor o menor participación con el resto del grupo según le apetezca cada día.

A ello se le suma algo que consideramos fundamental: el hecho de no perder la independencia y autonomía que ha caracterizado sus vidas. Pero, simultáneamente, se gana la batalla a la pérdida de relaciones que se produce a determinadas edades. Dentro de estos espacios se tejen nuevas redes sociales, encontrando no solo compañeros con los que compartir las estancias comunes, sino también amigos con los que pasar el tiempo y realizar actividades que resulten gratificantes. Por todo ello, a lo largo de toda la geografía española, podemos observar cómo van proliferando este tipo de complejos.

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