Consejos a valorar antes de comprar tu primera vivienda

Afrontar que nos hacemos mayores es algo que pasa de un día para otro. Hay señales que nos avisan de esta situación y, quizás, una de las más claras es cuando te planteas adquirir tu primera vivienda. Esta situación te genera sentimientos contrapuestos. Por un lado, experimentas una increíble ilusión y unas ganas tremendas de verte en tu hogar. Por otra, el vértigo es intenso y emergen todos tus temores sobre si serás capaz de abonar el coste que esto supone.

En Exes Expofinques Sabadell sabemos que estas sensaciones son inevitables. Sin embargo, si hay algunas cuestiones que puedes controlar para no caer en errores que pueden llegar a condicionar tu futuro. La primera cuestión que consideramos de vital importancia es que te tomes todo este proceso con tranquilidad. Una vez que tienes claro que deseas ser el propietario de un inmueble, no necesitas adquirir este título de un día para otro. Lanzarte a la búsqueda desesperada de una vivienda, puede llevarte a escoger algo que realmente no cumple con tus expectativas o que ni siquiera resulta económicamente ventajoso. Por tanto, toma el tiempo que necesites antes de seleccionar una propiedad.

A lo largo de este proceso, valora la ubicación, los servicios que te ofrece el barrio, la cantidad y facilidad para estacionar vehículos, el espacio con el que cuenta el inmueble y la iluminación. Verás cómo resulta más fácil tomar decisiones.

Cuando tengas claro qué vivienda se convertirá en tu hogar, es el momento de estudiar la parte económica. Lo más recomendable es que poseas los suficientes ahorros para poder afrontar el pago del 20% del coste de la vivienda. En caso contrario, quizás lo mejor es esperar un tiempo hasta que tengas dicha cantidad.

Así mismo, te aconsejamos que realices un estudio pormenorizado de la hipoteca que vas a solicitar. Debe quedarte muy claro el número de cuotas, la cantidad que debes abonar, los intereses a pagar y las posibles penalizaciones que puedes tener. Recuerda que la cuota no debe superar el 40% de tus ingresos. De lo contrario, asumirás un gran riesgo económico y personal.

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